Tristeza en tiempos del COVID-19

Tristeza en tiempos del COVID-19

La mayoría del tiempo vivimos pensando en que estar triste es algo malo, sin embargo, la tristeza es parte del conjunto de emociones que un ser humano vive en algún punto de su vida.

Si nos fijamos, la Biblia habla mucho acerca de la tristeza, y es que, después de todo, Dios nos creó con esta humanidad, con esta esencia, con estas emociones y sentimientos. De hecho el mismo Jesús lloró la muerte de su amigo; y si Él, siendo quien fue, experimentó la tristeza ¿qué nos hace pensar que estaremos exentos de ello?

«Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.»

Mateo 5:4

Mateo nos muestra que aquellos que lloran son dichosos pues, en su estado, recibirán consolación (recomiendo leer también Isaías 61). Y ¿qué significan estas palabras? Significan que la tristeza no es para siempre, podemos tener la certeza de que Dios nos dará el consuelo que necesitamos en nuestros momentos de angustia.

¿Vida o muerte?

Hay algo muy importante en todo esto y es que tenemos que ser capaces de identificar el tipo de tristeza que estamos sintiendo ¿tipo? Sí, el deseo de Dios jamás será que nuestra tristeza nos lleve por un camino que nos conduzca a la muerte.

«La tristeza que Dios busca es la que produce un cambio de corazón y de vida. Ese cambio lleva a la salvación y por ello no hay que lamentarse. En cambio, la tristeza del mundo lleva a la muerte.»

2 Corintios 7:10

La tristeza puede llevarnos a sentir culpabilidad, decepción, entre otras cosas, y puede conducirnos a una depresión que si no se atiende adecuadamente puede, incluso, resultar en la muerte. Esta tristeza es la que Corintios cataloga como «la tristeza del mundo», y esa tristeza no la produce Dios, la tristeza que Dios busca producir en nosotros es una tristeza que nos lleve a la vida, una tristeza que nos haga ser conscientes de nuestros actos, de nuestros errores; una tristeza que nos lleve al arrepentimiento y que como consecuencia nos haga cambiar nuestra manera de vivir.

Todos tenemos derecho a estar tristes pero debemos tener cuidado.

En estos tiempos es muy probable que ciertos días no andes de muy buen ánimo, puede ser que en algún momento te de «el bajón». No, no está mal, somos humanos, a todos nos pasa pero hay que tener esa inteligencia emocional de la que tanto nos hablan y poder entender qué es lo que sentimos, por qué y qué es lo que haremos al respecto.

¿A dónde te está llevando tu tristeza?¿A la vida o a la muerte?

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